Las toxinas ambientales son omnipresentes en nuestro entorno, y la exposición a ellas puede perjudicar nuestra salud. Esta revisión científica integral explora las diversas toxinas ambientales y su impacto perjudicial en el cuerpo humano. Desde metales pesados y pesticidas hasta contaminantes del aire, examinamos los riesgos y consecuencias de la exposición, incluidos los retrasos en el desarrollo, los trastornos neurológicos y el cáncer. Al comprender el impacto de las toxinas ambientales, podemos reducir nuestra exposición y proteger nuestra salud.
Introducción
Las toxinas ambientales son sustancias químicas o compuestos que pueden causar daño a los organismos vivos y al medio ambiente. También se refieren a compuestos químicos o elementos en el aire, agua, alimentos, suelo, polvo u otros medios ambientales, como productos de consumo como cosméticos. Estas toxinas a menudo se producen debido a actividades humanas, como procesos industriales, transporte y agricultura, y pueden encontrarse en varias formas, incluidos gases, líquidos y sólidos.
Las toxinas ambientales Según el Programa Nacional de Biomonitorización (NBP) de los CDC, se midieron más de 400 productos químicos ambientales o sus metabolitos en muestras humanas (por ejemplo, orina, sangre, suero o leche materna). Además, se informa que las toxinas de bacterias, hongos, algas y plantas son los productos químicos más mortales.[1]
Las toxinas ambientales también pueden impactar significativamente los ecosistemas, incluida la contaminación del suelo, agua y aire, y la interrupción de hábitats naturales y vida silvestre. Estas toxinas pueden acumularse en la cadena alimentaria, llevando a la bioacumulación y biomagnificación, lo que puede tener graves consecuencias para la salud de los animales y los humanos.
Los productos químicos ambientales, en particular, tienen una amplia gama de efectos adversos en la salud humana. Estos incluyen interrupciones en el sistema endocrino, condiciones autoinmunes, enfermedades neurodegenerativas, obesidad, alergias, asma, deterioro cognitivo, trastornos metabólicos, infertilidad, autismo y cáncer, por nombrar solo algunos.[2-7]
Lista de productos químicos ambientales:[8]
- Acrilamida
- Cotinina
- N,N-Dietil-meta-toluamida (DEET)
- Químicos similares a dioxinas
- Productos de desinfección por subproductos (Trihalometanos)
- Fenoles ambientales
- Benzofenona-3
- Bisfenol A (BPA)
- Triclosán
- 4-tert-Octilfenol
- Fungicidas y herbicidas
- Herbicidas sulfonilurea
- Metales pesados (ver lista más completa a continuación)
- Insecticidas y pesticidas
- Micro- y nanoplásticos[9]
- Microplásticos de 0.1–5000 µm de tamaño
- Nanoplásticos de
- NNAL (4-(metilnitrosamino)-1-(3-piridil)-1-butanol)
- Bifenilos policlorados no similares a dioxinas (PCBs)
- Parabenos
- Perclorato
- Perfluoroquímicos (PFCs)
- Ftalatos
- Ftalato de bencilo y butilo
- Di-2-etilhexilo ftalato
- Diciclohexilo ftalato
- Dietil ftalato
- Di-isononilo ftalato
- Dimetil ftalato
- Di-n-butil ftalato/Di-isobutil ftalato
- Di-n-octilo ftalato
- Éteres difenílicos polibromados (PBDEs) y bifenilos polibromados (PBB)
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs)
- Compuestos orgánicos volátiles (COVs)
- Benceno3
- Éter metílico-terc-butilo (MTBE)
- Estireno
Lista de toxinas biológicas de organismos vivos:[10]
- Aflatoxinas producidas por muchas especies del hongo Aspergillus,
- Contamina comúnmente el maíz y otros tipos de cultivos durante la producción, cosecha, almacenamiento o procesamiento
- A dosis altas y durante períodos prolongados causa lesiones hepáticas agudas y crónicas y cáncer de hígado
- Toxinas de amanitina producidas por el hongo mortal Amanita phalloides
- Los efectos en la salud pueden incluir insuficiencia hepática y renal y muerte
- Toxina letal del ántrax producida por Bacillus anthracis
- Las proteínas de la toxina del ántrax, incluido el factor letal del ántrax, trabajan juntas para interrumpir el sistema de defensa de una célula.
- Toxina botulínica producida por Clostridium botulinum
- Una de las sustancias más venenosas conocidas hasta la fecha.
- Causa botulismo: una enfermedad grave que paraliza los músculos
- Toxina de la tos ferina producida por la bacteria Bordetella pertussis
- Causa tos ferina
- Enterotoxina B estafilocócica (SEB)
- Más a menudo asociada con intoxicación alimentaria
- Saxitoxina y neosaxitoxina producidas por varias especies de algas marinas y de agua dulce y algas verdeazuladas (cianobacterias)
- Concentraciones altas pueden acumularse en mariscos filtradores, como almejas y ostras
- Vomitoxina (deoxinivalenol), diacetoxiscirpenol y toxinas T-2 y HT-2 de hongos y algas
- Estas micotoxinas afectan hasta el 25 por ciento del suministro mundial de granos
Para toxinas no metálicas, considere realizar un perfil químico tóxico no metálico (GPL-TOX) que examine la presencia de 173 productos químicos tóxicos diferentes, incluidos:
- Pesticidas organofosforados
- Ftalatos
- Benceno
- Xileno
- Cloruro de vinilo
- Insecticidas piretroides
- Acrilamida
- Perclorato
- Fosfato de difenilo
- Óxido de etileno
- Acrilonitrilo
Además, si ha estado expuesto o cree que podría haber una posibilidad de exposición a micotoxinas, considere realizar una prueba de orina (perfil MycoTOX) o una prueba de IgE en sangre para averiguar si ha estado expuesto a micotoxinas o ha creado una respuesta alérgica al moho. MycoTOX utiliza tecnología de espectrometría de masas (MS/MS), que puede detectar niveles más bajos de toxinas fúngicas.[11]
La prueba también se utiliza para pruebas de seguimiento para asegurar que las terapias de desintoxicación han sido exitosas. La prueba de anticuerpos IgE contra el moho (y posiblemente para anticuerpos IgG contra el moho, para averiguar la exposición pasada) es útil para individuos que sospechan que están reaccionando a un estímulo ambiental.[12] El moho puede existir tanto en interiores (plantas de interior y lugares húmedos) como en el aire exterior (niveles máximos a finales del verano y principios del otoño). También observe que los climas cálidos y húmedos pueden tener recuentos elevados de moho durante todo el año.[13]
Toxicidad de metales pesados
Los metales pesados son elementos que tienen un número atómico mayor que 20 y una densidad atómica superior a 5 g/cm3 y deben exhibir las propiedades de un metal. Los metales pesados se dividen groseramente en dos categorías: metales pesados esenciales y no esenciales. Los esenciales son aquellos requeridos por los organismos vivos para realizar procesos fundamentales como el crecimiento, el metabolismo y el desarrollo de diferentes órganos (como el cobre, el hierro, el cobalto, el manganeso, el zinc y el níquel).[14]
Figura: Explicación diagramática sobre los metales pesados en el medio ambiente.
Fuente: Mitra, S. et al. (2022). Impacto de los metales pesados en el medio ambiente y la salud humana: Nuevas perspectivas terapéuticas para contrarrestar la toxicidad. Revista de la Universidad Rey Saud-Ciencia, 101865.
Muchos metales pesados no esenciales pueden ser tóxicos para los humanos (como el arsénico, el mercurio, el plomo, el cadmio y el antimonio). La exposición a estos metales ha aumentado debido a las actividades industriales y antropogénicas y la modernización industrial.
La contaminación del agua y el aire por metales tóxicos es una preocupación ambiental, y cientos de millones de personas en todo el mundo se ven afectadas. La contaminación de los alimentos con metales pesados es otra preocupación para la salud humana. Los metales pesados y otros contaminantes ambientales también pueden ocurrir de forma natural y permanecer en el medio ambiente. La exposición humana a metales es, por lo tanto, inevitable. Los mecanismos tóxicos de los metales pesados se manifiestan a través de la generación de especies reactivas de oxígeno (ROS), inactivación de enzimas y supresión del sistema de defensa antioxidante.[15]
La exposición ocupacional e industrial, o la exposición a través de varios pasatiempos, puede poner a las personas en mayor riesgo de toxicidad por metales pesados.[16-17]
Los más en riesgo incluyen a los trabajadores en industrias como:
- Refinación de metales
- Aleación (combinación de metales con otras sustancias)
- Fabricación de electrónica y computadoras
- Fabricación de piezas en la industria aeroespacial y herramientas de máquina
- Fabricación y aplicación de pesticidas,
- Soldadura (proceso de fabricación mediante el cual dos o más partes se fusionan mediante calor, presión o ambos formando una unión a medida que las partes se enfrían)
- Fontanería
- Construcción
- Refinación de petróleo
- Armas de fuego y municiones
- Minería
- Eliminación de residuos
- Fabricación de pigmentos y recubrimientos
- Producción petroquímica
- Trabajo con vidrio, tintes, cerámica o pinturas
- Odontología
Las actividades cotidianas y su entorno también pueden ser un factor de riesgo para una mayor exposición a metales pesados tóxicos. Estos incluyen:
- La contaminación de aguas subterráneas y aire puede distribuir metales
- Generalmente en estrecha proximidad a las industrias mencionadas en la lista anterior
- Consumo de alimentos contaminados con metales (como ciertos mariscos o arroz)
- Arroz -> arsénico
- Mariscos -> mercurio
- Suplementos de fabricantes que carecen de buenas prácticas de manufactura (GMP) y no son analizados en laboratorio para metales pesados y otras toxinas
- Fumar (activo y pasivo)
- Hogares con pozos, tuberías y materiales de construcción antiguos,
- Productos de cuidado personal y cosméticos
- Ciertos medicamentos
- Exposición a emisiones y humos de escape
- Exposición a pinturas, amalgamas dentales y fuegos artificiales
Una vez que un metal pesado tóxico entra en el cuerpo, se elimina a través de heces, bilis, orina, sudor, cabello y uñas o se deposita en los tejidos. Eso puede resultar en almacenamiento a largo plazo. Sin embargo, medir la acumulación de tejidos (o "carga corporal total") es un desafío.[18]
Figura: Mecanismos de toxicidad de metales pesados en humanos.
Fuente: Mitra, S. et al. (2022). Impacto de los metales pesados en el medio ambiente y la salud humana: Nuevas perspectivas terapéuticas para contrarrestar la toxicidad. Revista de la Universidad Rey Saud-Ciencia, 101865.
Los metales pesados tóxicos pueden medirse en varios tipos de muestras, como sangre, orina, cabello y uñas, siendo los tejidos más accesibles para cuantificar la exposición. Sin embargo, múltiples variables (como la vida media, la dosis, el tiempo, la cinética y la ruta) impactan el tipo de muestra apropiado. Los profesionales clínicos suelen realizar dos pruebas: una muestra pre y post provocada (orina o sangre) para distinguir la exposición reciente del almacenamiento en tejidos. Muestreos aleatorios de orina o colecciones temporizadas proporcionan información beneficiosa para detectar exposiciones. El cabello y/o las uñas, rutas potenciales de eliminación para elementos tóxicos, pueden ser muestras útiles para detectar una exposición que ocurrió en el mes o más anterior a la recolección de la muestra. La detección de elementos en el cabello y las uñas está algo correlacionada con la vida media de la forma elemental.[19]
El perfil de eliminación de elementos tóxicos de Genova Diagnostics (orina en relación con la creatinina) incluye:[20]
- Plomo
- Mercurio
- Aluminio
- Antimonio
- Arsénico
- Bario
- Bismuto
- Cadmio
- Cesio
- Gadolinio
- Galio
- Níquel
- Niobio
- Platino
- Rubidio
- Talio
- Torio
- Esta es una traducción de los elementos mencionados y el texto relacionado.
- Tungsteno
- Uranio
Figura: Explicación diagramática del tratamiento de la toxicidad de metales pesados mediante moléculas bioactivas naturales.
Fuente: Mitra, S. et al. (2022). Impacto de los metales pesados en el medio ambiente y la salud humana: Nuevos conocimientos terapéuticos para contrarrestar la toxicidad. Journal of King Saud University-Science, 101865.
Estrategias para apoyar la desintoxicación natural de metales pesados en el cuerpo:[21-23]
- Optimizar el estado nutricional de todo el cuerpo para la desintoxicación
- Micronutrientes (zinc y selenio, en particular)
- Ácidos aminoácidos esenciales
- Ácidos grasos que reducen la inflamación (omega-3, aceite de oliva virgen extra, etc.)
- Ciertos fitonutrientes protectores también pueden ayudar (quercetina, catequina, antocianina, astaxantina, curcumina, resveratrol, ácido ferúlico, crisina y naringenina)
- Optimizar la función intestinal y corregir la permeabilidad intestinal
- Eliminar todos los alérgenos alimentarios
- Enzimas digestivas y ciertas cepas probióticas[24] (como las especies de Bacillus, que parecen ser particularmente efectivas para eliminar metales pesados tóxicos)[25]
- Ciertas fibras que aumentan la motilidad intestinal y la defecación
- Usar suficiente magnesio para ayudar a aumentar los movimientos intestinales
- Ver las pautas específicas de esto en el Manual del Biohacker
- Mejorar las vías de desintoxicación del hígado (Fase 1 y Fase 2 – descritas en detalle en el Manual del Biohacker)
- Vitaminas B metiladas (B6, folato y B12)
- Consumir diariamente alimentos que contengan azufre (cebollas, brócoli, col rizada, coles, ajo, huevos, etc.)
- Glutatión, N-acetilcisteína, cardo mariano (silymarina), taurina y ácido R-lipoico
- Chlorella, espirulina, microalgas[26] y cilantro también pueden ayudar
- Sudoración regular a través del ejercicio y el calor (por ejemplo, sauna y sauna de infrarrojos)
- Ver el protocolo específico de sauna de infrarrojos y niacina para la desintoxicación de metales pesados del Manual del Biohacker
- Beber muchos líquidos ricos en minerales y usar electrolitos
- En general, optimizar todas las rutas de eliminación de toxinas en el cuerpo:
- Sudor
- Orina
- Heces
- Agentes de quelación (siempre consulte a un experto médico antes de usar estos)
- DMSA, DMPS y EDTA
- Los agentes de quelación endógenos incluyen glutatión y metalotioneína
- Considere eliminar posibles empastes de amalgama (mercurio) con un dentista biológico profesional
Conclusión
Las toxinas ambientales representan un riesgo significativo para la salud humana, y su impacto no puede ser ignorado. Esta revisión científica integral destaca las diversas toxinas ambientales a las que los humanos pueden estar expuestos y sus efectos perjudiciales en el cuerpo. La revisión enfatiza que las toxinas pueden acumularse en la cadena alimentaria, llevando a la bioacumulación y biomagnificación, con graves consecuencias para los animales y los humanos. Al comprender los riesgos y consecuencias de la exposición a toxinas ambientales, las personas pueden tomar medidas para reducir su exposición y proteger su salud.
Referencias:
- Programa de Biomonitorización Natural. (2021). Productos Químicos Ambientales. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
- Crinnion, W. (2000). Medicina ambiental, parte uno: la carga humana de las toxinas ambientales y sus efectos comunes en la salud. Revisión de Medicina Alternativa 5 (1): 52–63.