Este artículo profundiza en la neuroplasticidad y su profundo impacto en el crecimiento cognitivo. Este artículo ofrece formas prácticas de mejorar la neuroplasticidad y la adaptabilidad del cerebro. Explora ejercicios cognitivos, atención plena y compromiso sensorial para promover la flexibilidad cerebral. Descubre los vínculos entre la actividad física, la nutrición, el sueño y la neuroplasticidad óptima.
Introducción
Neuroplasticidad, también conocida como plasticidad cerebral o plasticidad neural, se refiere a la capacidad del cerebro para reorganizarse formando nuevas conexiones neuronales y modificando las existentes. También se puede considerar un proceso que implica cambios estructurales y funcionales adaptativos en el cerebro. La neuroplasticidad ha transformado nuestra comprensión del cerebro, proporcionando una base científica para la notable resiliencia y adaptabilidad del cerebro humano.(1)
La idea de la neuroplasticidad fue propuesta por primera vez a principios del siglo XX por Santiago Ramón y Cajal, el padre de la neurociencia moderna.(2) Sin embargo, fue solo en la segunda mitad del siglo XX que el concepto ganó reconocimiento generalizado, gracias a los avances en la investigación en neurociencia y la tecnología de imágenes.
La investigación ha demostrado que el cerebro cambia constantemente en respuesta a estímulos internos y externos.(3) Cada experiencia, pensamiento y emoción puede alterar la estructura y función de nuestro cerebro. Por ejemplo, aprender una nueva habilidad, como tocar un instrumento musical, hacer malabares o hablar un nuevo idioma, puede resultar en nuevas conexiones entre neuronas. Al mismo tiempo, eventos traumáticos pueden llevar a la pérdida de conexiones.
Los mecanismos subyacentes a la neuroplasticidad implican cambios en la fuerza y el número de conexiones entre neuronas y la formación de nuevas neuronas y sinapsis. Un complejo juego de factores genéticos, epigenéticos y ambientales, incluyendo ejercicio, dieta, estrés e interacción social, impulsa estos cambios.(4)
Una de las implicaciones más emocionantes de la neuroplasticidad es que puede ser aprovechada para promover la recuperación y rehabilitación después de una lesión o enfermedad. Por ejemplo, en pacientes con accidente cerebrovascular, la rehabilitación intensiva puede promover el crecimiento de nuevas conexiones en el cerebro y mejorar la función motora. De manera similar, la meditación basada en la atención plena puede reducir el volumen de las regiones cerebrales que procesan señales de dolor en individuos con dolor crónico.
Diferentes tipos de neuroplasticidad
La neuroplasticidad se puede dividir en dos mecanismos principales: plasticidad estructural y plasticidad funcional. En cuanto a la línea de tiempo de un individuo, la neuroplasticidad también se puede dividir en dos fases: plasticidad del desarrollo y plasticidad adulta. Estos son dos aspectos de la neuroplasticidad que ocurren en diferentes etapas de la vida.
Plasticidad Estructural
La plasticidad estructural se refiere a los cambios físicos en el cerebro, como la formación o eliminación de sinapsis, el crecimiento o retracción de espinas dendríticas, y la generación o pérdida de neuronas. Se piensa que estos cambios son la base de la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevos entornos y experiencias, y son particularmente importantes durante el desarrollo, cuando el cerebro está creciendo y cambiando rápidamente.(5)
Plasticidad Funcional
La plasticidad funcional, por otro lado, se refiere a los cambios en las propiedades funcionales de los circuitos neuronales, como alteraciones en la fuerza de las conexiones sinápticas o cambios en el patrón de actividad en las redes neuronales. Estos cambios son la base de la capacidad del cerebro para aprender y recordar, y para adaptarse a las demandas cognitivas cambiantes y a las condiciones ambientales.(6)
La plasticidad estructural y funcional son a menudo interdependientes, con cambios en un mecanismo que afectan al otro. Tanto la plasticidad estructural como la funcional son componentes críticos de la neuroplasticidad, permitiendo que el cerebro se adapte y cambie en respuesta a la experiencia y a los estímulos ambientales.(7)
Plasticidad del Desarrollo
La plasticidad del desarrollo y la plasticidad adulta son dos aspectos de la neuroplasticidad que ocurren en diferentes etapas de la vida. La plasticidad del desarrollo se refiere al proceso de plasticidad neural que ocurre durante el desarrollo del cerebro, desde el desarrollo embrionario hasta la infancia y la adolescencia. Durante este tiempo, el cerebro es altamente maleable y receptivo a la experiencia, con conexiones y circuitos neuronales que se forman y refinan en respuesta a la entrada sensorial y a los estímulos ambientales. La plasticidad del desarrollo juega un papel crítico en el desarrollo normal del cerebro, incluyendo la formación de circuitos neuronales funcionales y el establecimiento de funciones cognitivas y conductuales críticas.(8)
Plasticidad Adulta
En contraste, la plasticidad adulta se refiere a la capacidad del cerebro para experimentar cambios plásticos en respuesta a la experiencia o a una lesión durante la adultez. Aunque el grado de plasticidad es generalmente menor en la adultez que durante el desarrollo, todavía hay una capacidad considerable para la plasticidad neural en el cerebro adulto.
La plasticidad adulta es el proceso continuo de aprendizaje y adaptación que ocurre a lo largo de la vida. Juega un papel crucial en el mantenimiento de las funciones cognitivas y conductuales en entornos cambiantes.(9)
Una diferencia clave entre la plasticidad del desarrollo y la plasticidad adulta es la naturaleza de los cambios plásticos. Durante el desarrollo, la plasticidad a menudo implica la formación de nuevas sinapsis, la poda de conexiones no utilizadas y el crecimiento y reorganización de procesos dendríticos y axonales. En contraste, la plasticidad adulta implica el fortalecimiento o debilitamiento de conexiones existentes a través de cambios en la fuerza sináptica y el crecimiento de nuevas conexiones mediante la formación de nuevas sinapsis o el brote de nuevos procesos dendríticos.
Los componentes clave de la neuroplasticidad
1. Plasticidad Sináptica
La plasticidad sináptica se refiere a la capacidad de las sinapsis, las conexiones entre neuronas, para cambiar su fuerza en respuesta a la actividad. Es un mecanismo fundamental que subyace al aprendizaje y la memoria y a la formación de nuevas conexiones neuronales. La plasticidad sináptica puede ocurrir tanto en sinapsis excitatorias como inhibitorias y es impulsada por cambios en la liberación de neurotransmisores y la expresión de receptores en la membrana postsináptica.
Las dos formas de plasticidad sináptica más estudiadas son la potenciación a largo plazo (LTP) y la depresión a largo plazo (LTD), también conocida como plasticidad hebbiana (refiriéndose al neuropsicólogo Donald Hebb, quien introdujo por primera vez la plasticidad sináptica en 1949).(10)
LTP es un proceso mediante el cual se aumenta la fuerza de una sinapsis en respuesta a una actividad repetida. Se piensa que subyace al fortalecimiento de las conexiones neuronales durante el aprendizaje y la formación de la memoria. LTD, por otro lado, es un proceso mediante el cual se disminuye la fuerza de una sinapsis en respuesta a una actividad de baja frecuencia o prolongada. Se piensa que LTD juega un papel en el debilitamiento de las conexiones neuronales durante el olvido y la extinción.(11) Lea más sobre LTP, LTD y la formación de la memoria en el capítulo de Mente del Biohacker's Handbook.
Figura: La relación cooperativa entre la plasticidad hebbiana y la homeostática.
Fuente: Li, J. & Park, E. & Zhong, L. & Chen, L. (2019). La plasticidad sináptica homeostática como un mecanismo de metaplasticidad: una perspectiva molecular y celular. Current Opinion in Neurobiology 54: 44–53.
E= Excitación sináptica I = Inhibición sináptica
Además de LTP y LTD, se han identificado muchas otras formas de plasticidad sináptica, incluyendo metaplasticidad, que se refiere a cambios en el umbral para la inducción de LTP y LTD y plasticidad homeostática, que se refiere a la capacidad de las neuronas para ajustar su actividad en respuesta a cambios en la actividad de la red.(12)
Al juntar estas formas de plasticidad sináptica, los científicos han concluido que la plasticidad sináptica hebbiana y homeostática convergen en procesos celulares compartidos y que la plasticidad homeostática ajusta el estado de las sinapsis para impactar la plasticidad hebbiana (ver figura arriba).
Varios mecanismos moleculares y celulares regulan la plasticidad sináptica, incluyendo la actividad de quinasas y fosfatasas, la síntesis y degradación de proteínas y cambios en la expresión génica. Estos mecanismos son sensibles a diversos factores ambientales y experienciales, incluyendo la entrada sensorial, el estrés y la interacción social.(13–15)
Neurogénesis
La neurogénesis es el proceso por el cual se generan nuevas neuronas en el cerebro, particularmente en el hipocampo, una región importante para el aprendizaje y la memoria. Es un mecanismo fundamental que subyace a la capacidad del cerebro para adaptarse y responder a factores ambientales y experienciales.
La neurogénesis ocurre en la zona subgranular del giro dentado del hipocampo, donde las células madre neuronales dan lugar a células progenitoras intermedias, que a su vez dan lugar a neuronas inmaduras. Estas neuronas inmaduras luego migran a la capa de células granulares del hipocampo, donde maduran e integran en el circuito neural existente. Aunque también se han detectado nuevas neuronas en otras áreas, la extensión de la neurogénesis en estas regiones, como la neocorteza y el hipotálamo, sigue siendo controvertida.(16)
La regulación de la neurogénesis es un proceso complejo y dinámico influenciado por varios factores, incluyendo la genética, la epigenética y factores ambientales, como el ejercicio y el estrés. Por ejemplo, estudios han demostrado que el ejercicio (particularmente el ejercicio aeróbico) puede estimular la neurogénesis al liberar factores de crecimiento como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y el factor de crecimiento similar a la insulina-1 (IGF-1). Por el contrario, se ha demostrado que el estrés y la inflamación crónica perjudican la neurogénesis a través de la citoquina proinflamatoria IL-1β.(17–19)
Figura: Regulación de la neurogénesis por factores conductuales.
Fuente: Aimone, J. et al. (2014). Regulación y función de la neurogénesis adulta: de los genes a la cognición. Revisiones Fisiológicas 94 (4): 991–1026.
El papel funcional de la neurogénesis sigue siendo objeto de investigación activa, pero se piensa que juega un papel en el aprendizaje, la memoria, la regulación del estado de ánimo y la respuesta al estrés. El estudio de la neurogénesis tiene implicaciones importantes para el desarrollo de nuevas terapias e intervenciones para condiciones neurológicas y psiquiátricas.(20–22)
Ramificación Dendrítica
La ramificación dendrítica (o ramificación dendrítica) se refiere al proceso por el cual dendritas, las estructuras ramificadas que se extienden desde el cuerpo celular de una neurona, desarrollan y elaboran sus patrones de ramificación. Este proceso es vital para establecer la conectividad y las propiedades funcionales de los circuitos neuronales en el cerebro.
Figura: Desarrollo del árbol dendrítico y varias etapas superpuestas.
Fuente: Urbanska, M. & Blazejczyk, M. & Jaworski, J. (2008). Base molecular de la ramificación dendrítica. Acta Neurobiologiae Experimentalis 68 (2): 264–288.
La ramificación dendrítica es un proceso complejo regulado por varios factores, incluyendo factores genéticos y epigenéticos y factores ambientales, como la entrada sensorial y la actividad neural. El crecimiento y la ramificación de las dendritas son impulsados por la actividad de vías de señalización que se activan por señales extracelulares, como factores de crecimiento y neurotransmisores. Estas señales pueden influir en la expresión de genes involucrados en el crecimiento y la ramificación dendrítica.(23)
La regulación de la ramificación dendrítica es importante para establecer y mantener circuitos neuronales funcionales en el cerebro. Por ejemplo, la ramificación dendrítica es crítica para formar sinapsis, los sitios de comunicación entre neuronas. Los patrones de ramificación de las dendritas pueden influir en los tipos y números de sinapsis formadas, lo que puede impactar profundamente las propiedades funcionales de los circuitos neuronales.(24)
La ramificación dendrítica juega un papel en el procesamiento de la información sensorial. También es crucial en las funciones cognitivas y la formación de la memoria. Específicamente, los patrones de ramificación de las dendritas pueden influir en los tipos y números de sinapsis formadas, lo que puede impactar profundamente las propiedades funcionales de los circuitos neuronales involucrados en el aprendizaje y la memoria.(25)
Los estudios han demostrado que los cambios en la ramificación dendrítica pueden ocurrir en respuesta a experiencias de aprendizaje, y se piensa que estos cambios contribuyen a la formación y mantenimiento de nuevos recuerdos. Por ejemplo, el entrenamiento en una tarea de memoria espacial en roedores ha aumentado la ramificación dendrítica en el hipocampo, una región del cerebro crítica para el aprendizaje y la memoria espacial.(26)
Además, los estudios han demostrado que las alteraciones en la ramificación dendrítica están asociadas con déficits cognitivos en enfermedades neurodegenerativas. En la enfermedad de Alzheimer, las espinas dendríticas, las estructuras en las dendritas que forman sinapsis con otras neuronas, se pierden en las regiones cerebrales afectadas, lo que lleva a una plasticidad sináptica deteriorada y déficits cognitivos.(30)
Mielinización
La mielinización es un proceso biológico en el cual los axones, las extensiones celulares alargadas y delgadas de las neuronas que propagan impulsos eléctricos a otras neuronas, son recubiertos con una sustancia rica en lípidos denominada mielina. La vaina de mielina es producida por oligodendrocitos en el sistema nervioso central (SNC) y células de Schwann en el sistema nervioso periférico (SNP). La mielina actúa como un aislante, permitiendo que las señales eléctricas viajen más rápida y eficientemente a lo largo de los axones.(27)
El proceso de mielinización comienza durante el desarrollo embrionario y continúa hasta la adultez temprana, con diferentes regiones del cerebro y del sistema nervioso mielinizándose en diferentes momentos. En general, la mielinización comienza en el tronco encefálico y la médula espinal y progresa hacia la corteza cerebral y otras regiones cerebrales superiores.(28) Las vainas de mielina típicamente mantienen la misma longitud durante largos períodos de tiempo, lo que sugiere que no hay muchos cambios en la estructura de la mielina existente (ver imagen abajo).(29)
Figura: Dinámicas de oligodendrocitos y mielina en la corteza somatosensorial de mamíferos a lo largo de la vida.
Fuente: Williamson, J. & Lyons, D. (2018). Dinámicas de mielina a lo largo de la vida: ¿un paisaje en constante cambio? Frontiers in Cellular Neuroscience 12: 424.
OPC = Células precursoras de oligodendrocitos OLs = Oligodendrocitos
La regulación de la mielinización es un proceso complejo influenciado por varios factores, incluyendo la genética, la epigenética y factores ambientales, como la experiencia y la actividad neural. Por ejemplo, los estudios han demostrado que la experiencia sensorial puede influir en el momento y la extensión de la mielinización en el cerebro. De manera similar, la actividad neural puede promover la mielinización al liberar moléculas de señalización como el BDNF.
Dentro del sistema nervioso central, el proceso de mielinización es activado por la actividad axonal y los astrocitos, mientras que la microglía/macrófagos son responsables de la eliminación de mielina. Una vez que los axones han sido mielinizados, su salud y funcionalidad continuas dependen de proporcionar metabolitos esenciales y factores neurotróficos por parte de las células gliales.(31)
El papel funcional de la mielinización es crítico para la transmisión eficiente y efectiva de señales neuronales en el cerebro y el sistema nervioso. La mielinización es clave en las funciones cognitivas y motoras, incluyendo la atención, el aprendizaje y la coordinación. Además, la mielinización también es necesaria para el desarrollo de la sustancia blanca, la red de conexiones axonales del cerebro que permite que diferentes regiones cerebrales se comuniquen y coordinen sus actividades.(32)
Reorganización Cortical
La reorganización cortical, también conocida como plasticidad cortical, se refiere a la capacidad del cerebro para reorganizar sus redes neuronales en respuesta a cambios en la entrada sensorial u otras formas de experiencia. Este proceso es crítico para el desarrollo de circuitos neuronales funcionales y para la capacidad del cerebro de adaptarse a cambios en el entorno. La reorganización cortical ocurre en múltiples niveles del cerebro, desde las áreas sensoriales primarias hasta las áreas de asociación de nivel superior.(33)
Los mecanismos subyacentes a la reorganización cortical implican cambios en la fuerza sináptica y la conectividad neuronal. Por ejemplo, los estudios han demostrado que los cambios en la entrada sensorial pueden llevar a cambios en la potencia y el número de sinapsis en las regiones corticales afectadas. De manera similar, los cambios en la experiencia o el comportamiento pueden llevar a cambios en el patrón de actividad neural y en la fuerza y especificidad de las conexiones sinápticas.(34)
Las consecuencias funcionales de la reorganización cortical pueden ser beneficiosas o perjudiciales. Por un lado, la reorganización cortical puede permitir que el cerebro se adapte a los cambios ambientales y se recupere de lesiones o enfermedades. Por otro lado, la reorganización cortical también puede contribuir al desarrollo de circuitos neuronales maladaptativos y síndromes de dolor crónico.
Otro ejemplo es tinnitus, una condición en la que los individuos perciben un zumbido u otro sonido sin un estímulo externo. Los estudios han demostrado que la reorganización cortical en la corteza auditiva puede desempeñar un papel en el desarrollo y mantenimiento del tinnitus. Específicamente, el cerebro puede reorganizarse en respuesta a daños en el sistema auditivo, lo que lleva a la percepción de sonidos fantasma.(35)
Las intervenciones que promueven la reorganización cortical (por ejemplo, terapias basadas en la plasticidad cerebral) pueden ser útiles en el tratamiento de síndromes de dolor crónico, accidentes cerebrovasculares y otras formas de daño neurológico.(36)
Factores Naturales Que Aumentan la Neuroplasticidad
Varios métodos naturales y tecnológicos han demostrado promover la neuroplasticidad y mejorar la función cerebral.
A continuación se enumeran los mejores factores generales de estilo de vida para mejorar la neuroplasticidad:
- Sueño: Un sueño adecuado (y sueño profundo, en particular) es esencial para la función cerebral y se ha demostrado que promueve la neuroplasticidad al mejorar la plasticidad sináptica y facilitar la consolidación de recuerdos y aumentar la capacidad de aprendizaje.(37–38)
- Ejercicio: El ejercicio físico ha demostrado aumentar la neuroplasticidad al promover la formación de nuevas neuronas, mejorar el crecimiento de espinas dendríticas y mejorar la función de las redes neuronales existentes. El ejercicio aeróbico, en particular, ha demostrado aumentar los factores neurotróficos (BDNF, NGF y GDNF), que son proteínas que promueven el crecimiento y la supervivencia de neuronas y células gliales.(39–41)
- Meditación: La meditación de atención plena ha demostrado promover la neuroplasticidad al aumentar la densidad de materia gris en regiones del cerebro asociadas con la atención, la regulación emocional y la autoconciencia. También puede mejorar la integridad de la sustancia blanca, que es vital para la comunicación entre diferentes regiones del cerebro.(42–44)
- Ayuno Intermitente: El ayuno intermitente, que implica limitar la ingesta diaria de alimentos a horas específicas, mejora la neuroplasticidad al promover el crecimiento de nuevas neuronas y la plasticidad sináptica. También puede mejorar la función cognitiva y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.(45)
- Cambio Metabólico Intermitente (IMS): Un estilo de vida que implica alternar períodos de estrés metabólico y recuperación, como el ayuno y el ejercicio seguidos de comer, descansar y dormir, se ha sugerido que mejora la función cerebral y la resiliencia. IMS puede promover la salud y función de los circuitos neuronales que apoyan las habilidades cognitivas y el bienestar emocional a lo largo de la vida. Impacta ampliamente en múltiples vías de señalización que aumentan la neuroplasticidad y mejoran la resiliencia del cerebro contra lesiones y enfermedades.(46)
- Compromiso social: La interacción y el compromiso social han demostrado promover la neuroplasticidad al mejorar el crecimiento de nuevas neuronas y la función de las redes neuronales existentes. Algunos estudios han sugerido que el compromiso social puede incluso proteger contra el deterioro cognitivo y la aparición de enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer. Por lo tanto, mantener una red social sólida y participar en actividades sociales regulares puede ser una forma efectiva de apoyar y mejorar la neuroplasticidad a lo largo de la vida.(47–48)
- Enriquecimiento ambiental: Un enfoque en el que se optimizan las condiciones de vida de un organismo para proporcionar estimulación sensorial, cognitiva y motora diversa. Esta estrategia ha demostrado promover la neuroplasticidad al inducir cambios en la actividad y morfología neural. Específicamente, se ha demostrado que el enriquecimiento ambiental mejora el crecimiento de nuevas neuronas, promueve la plasticidad sináptica y mejora la función de las redes neuronales existentes, resultando en mejores resultados cognitivos, conductuales y emocionales.(49–50)
- Entrenamiento cognitivo: Actividades que desafían al cerebro para mejorar la neuroplasticidad cerebral. Estas incluyen aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento musical o resolver rompecabezas; pueden aumentar la neuroplasticidad al promover el crecimiento de nuevas neuronas y la plasticidad sináptica.(51–52)
Figura: Un modelo esquemático de cómo el cambio metabólico intermitente puede optimizar el rendimiento cerebral y aumentar la resistencia a lesiones y enfermedades.
Fuente: Mattson, M. & Moehl, K. & Ghena, N. & Schmaedick, M. & Cheng, A. (2018). Cambio metabólico intermitente, neuroplasticidad y salud cerebral. Nature Reviews Neuroscience 19 (2): 81–94.
Factores nutricionales que apoyan la neuroplasticidad
- Ácidos Grasos Omega-3: Los ácidos grasos omega-3 de cadena larga, especialmente el ácido docosahexaenoico (DHA), han demostrado promover la neuroplasticidad al mejorar la plasticidad sináptica y aumentar el crecimiento de espinas dendríticas. También pueden reducir la inflamación en el cerebro, lo que puede perjudicar la neuroplasticidad. Las fuentes de omega-3 incluyen pescados grasos como el salmón y las sardinas, así como suplementos.(53–55)
- Curcumina: La curcumina, un compuesto que se encuentra en la cúrcuma, ha demostrado mejorar la neuroplasticidad al promover el crecimiento de nuevas neuronas y fortalecer la plasticidad sináptica. También puede tener efectos antiinflamatorios, lo que puede mejorar la función cerebral. Curiosamente, la curcumina también puede revertir la cognición y la plasticidad neuronal deterioradas inducidas por el estrés crónico.(56–57) – Prueba el suplemento AGEless Defense que contiene vitaminas B, polifenoles, aminoácidos y curcumina.
- Vitaminas B: Las vitaminas del complejo B y la colina han demostrado mejorar la neuroplasticidad cerebral. Desempeñan un papel crucial en varias vías metabólicas que apoyan la función cerebral, incluyendo la síntesis de neurotransmisores y mielina. Las vitaminas B, particularmente la vitamina B12 y el folato, también están involucradas en la metilación del ADN, lo que puede afectar la expresión génica en la neuroplasticidad.(58–62)
- Vitamina D: Algunas evidencias sugieren que la vitamina D puede desempeñar un papel en la promoción de la neuroplasticidad. Se han encontrado receptores de vitamina D en varias regiones del cerebro, incluyendo el hipocampo, que está involucrado en el aprendizaje y la memoria. Estudios en animales y humanos han sugerido que la deficiencia de vitamina D puede perjudicar la función cognitiva y disminuir la producción de factores neurotróficos específicos esenciales para promover la neuroplasticidad.(63–64) – Obtén Ecosh Vitamina K2+D3 para maximizar la neuroplasticidad.
- Polifenoles: Se ha demostrado que los polifenoles mejoran la neuroplasticidad en el cerebro. Uno de los mecanismos es su capacidad para modular las vías de señalización involucradas en la plasticidad sináptica y la neurogénesis. También pueden ejercer efectos antiinflamatorios y proteger contra el estrés oxidativo, mejorando la función neuronal y promoviendo la neuroplasticidad. En general, los polifenoles pueden prevenir la progresión de patologías neurodegenerativas.(65–66) – Prueba uno de los mejores polifenoles: Purovitalis Quercetina Liposomal
Métodos tecnológicos que apoyan la neuroplasticidad
- Estimulación Magnética Transcraneal (TMS): La TMS es una técnica no invasiva que utiliza campos magnéticos para estimular la actividad neural en regiones específicas del cerebro. Se ha demostrado que mejora la neuroplasticidad y la función cognitiva en varios contextos, incluyendo en individuos con depresión, ansiedad y accidente cerebrovascular.(67–69) – Obtén el dispositivo de neuroestimulación NeoRhythm OmniPEMF aquí. [ver imagen abajo]
- Estimulación cerebral: Además de la TMS, otras formas de estimulación cerebral, como la estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS) y la estimulación transcraneal de corriente alterna (tACS), han demostrado mejorar la neuroplasticidad y la función cognitiva.(70–71) Lee más sobre tDCS en el Biohacker’s Handbook.
- Neurofeedback: El neurofeedback es una técnica que implica monitorear la actividad eléctrica del cerebro y proporcionar retroalimentación al individuo en tiempo real. Se ha demostrado que mejora la neuroplasticidad al promover el crecimiento de nuevas neuronas y la plasticidad sináptica. El neurofeedback se ha utilizado para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la ansiedad y otras condiciones neurológicas.(72–74) Lee más sobre neurofeedback en el Biohacker’s Handbook.
- Realidad virtual (VR): La realidad virtual es una tecnología inmersiva para entrenamiento, rehabilitación y propósitos terapéuticos. En los últimos años, ha aumentado el interés en utilizar la VR para mejorar la neuroplasticidad cerebral. La VR puede mejorar la neuroplasticidad al proporcionar un entorno estimulante y atractivo que desafía al cerebro a adaptarse y aprender. Por ejemplo, la VR puede simular escenarios de la vida real y proporcionar oportunidades para el aprendizaje y la práctica en un entorno seguro y controlado. Esto puede ayudar a promover el crecimiento de nuevas neuronas y mejorar la plasticidad sináptica.(75–76)
- Software de entrenamiento cognitivo: El software de entrenamiento cognitivo utiliza programas de computadora para mejorar la función cognitiva desafiando al cerebro con ejercicios de memoria, tareas de resolución de problemas y tareas de atención. Además, el entrenamiento mental puede estimular la liberación de ciertos neurotransmisores, como la dopamina y la acetilcolina, que pueden mejorar la plasticidad sináptica y la función cognitiva e incrementar el BDNF en el cerebro.(77–79)
Conclusión
En conclusión, la notable capacidad del cerebro para reconfigurarse a través de diversas formas de neuroplasticidad—desarrollo, adulto, estructural y funcional—abre un mundo de posibilidades para el crecimiento personal y la mejora cognitiva. Adoptar las estrategias de este artículo te brinda las herramientas para embarcarte en un viaje transformador. Al participar en ejercicios mentales, cultivar la atención plena y priorizar hábitos saludables, moldeas activamente el futuro de tu cerebro. Recuerda, la clave radica en la consistencia y la dedicación. Así que, enfrenta esta emocionante aventura de abrirte al potencial de tu cerebro.
Si quieres llevar tu juego a la siguiente octava, haz un pedido anticipado de nuestra enorme secuela del Biohacker's Handbook, el Libro del Ser Resiliente.
P.D. Este artículo se basa en el texto de la parte de Resiliencia Mental del Libro del Ser Resiliente.
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